Maria Mena Habits

martes, 19 de agosto de 2014

TORNADO.JÓNSI. Con subtitulos en español.

LA NUBE




LA NUBE


Atrás quedó el desierto,
Al menos es lo que deseo.
Con todas mis fuerzas. 
Con toda mi alma.

He vivido y... volveré a vivir,
estoy segura,
una de las peores experiencias
de la vida. 
De esas que te hacen llegar a creer,
que el ser humano es la peor plaga, 
que existe sobre la faz de la tierra. 

 Pero... Cerrarse así, herméticamente,
a todo lo demás que sabe cuidarse sólo,
No es sino excusas, 
Sino recrearse en un lamento subterráneo,
que destruirá tu sol, tu, energía,    
aquello que te colma,
aquello, que te pertenece solo a ti.
Tu personalidad, pura, única, tenaz.

Oír frases como...
"Cuando te viene una racha seguida, muy mala,
Después te viene una, muy buena",
Y... Para qué, 
¿Es que acaso, todo el dolor que sufres
Va a borrarse de una vez así, por compasión
O por suerte?...

Lo único que me forma y recompone
una y otra vez
Es dimitir.
Negarme a ser incrédula y superficial 
Y negarme a sentirme poderosa,
Como sí derramara pétalos de indolencia 
al paso entre mis cumbres,
Sin cuerdas que sostengan mis apresurados pies,
Mientras el espíritu se santigua una y otra vez,
Esperando el golpe, certero, 
que te haga ver que
en realidad,
tienes el culo plantado en el duro suelo
de tus abismos.

Y entonces, ocurre,
levantas los ojos,
retorciendo las ganas
de tu destino no escrito,
por detener tus emociones,
tus ilusiones, tu desorden
tu caos, tu pasión,
tu derroche,
tu risa, tu colmo,
tu lentitud, tus reproches
y descubres el sol que te alumbra,
que irradia de esa ávida sonrisa
dibujada jugosa en tu rostro.

Y descubres que al fondo
 de tus pasillos,
reluce el candil que siempre te aguarda,
sombrío y tenaz,
como un reencuentro de reyes lejanos.
Como una alondra rozando el cristal
entre círculos exactos,
de aquellas puras aguas y amargamente quietas,
brillando cada mañana, con la primera luz
del alba prematura y certera.

Dejar de soñar nunca quisiera,
pues contenido valioso,
de fuerzas que colman
y trazos que abrigan,
a pesar de todo el auténtico mal
que me ha acompañado,
apoderándose de mi lado sociable y
lo que es peor, de mi lado,
nostálgico.
Sin él ciega me hallo,
cuan bastón que nunca se quiebra,
y en cuyos surcos, se esconden
las mil y un batallas, de sus verdaderos años.

Esther MG