Maria Mena Habits

miércoles, 5 de febrero de 2014




CAMUFLAJE


Una mañana distinta

Vislumbrando el horizonte

En esa línea rojiza

Se esconden por igual

Metas e ilusiones…


Acabaras derrochando

Lo que tanto tanto ha costado

Y nunca tendrás paz sin consuelo,

Si no es morir caminando y soñando…

Traspasando el decoro de tus últimas fuerzas,

resumiendo mil grietas de tu corazón,

en un jardín de enterezas.

Atrapado en un mundo de desilusiones,

Por todo y… por nada.

Suspirar ya no cuesta ni cuenta.

Suspirar más que nada es costumbre dispuesta.



Que de todo he cuidado y protegido.

Cuanto amor hay en mi conclusión

Sin espacios,

perdido en el mimo.


Caminando sediento en busca de albores,

de los que reflectan tus pasos,

mientras tu mirada

Ruega pero, cobarde…

Se esconde.


Ha querido mi risa pertenecer a un recaudo.

Sin divagar si desgasto mis halos,

Sin lamentar el eterno castigo

que siempre me había aguardado.


Beberás mientras puedas tus calamidades.

Contemplando la lucha,

disfrazado con pinturas

de guerra.

Pero yo ya no…

Yo. Ya no estaré allí…

Espérame siempre al alba de tus desiertos,

Que tu cesto se llenará de pretextos,

colmados de lógica.

Y sobre esa nube que ves a lo lejos,

Inalcanzable,

Se expresarán mis plumas.


Espesa y voraz como la arrancada noche,

de entre mis tumultos.

Aquella en que corté en vano mis decisiones.

Cambiando de nuevo el rumbo

de mis huellas desnudas,

ahora barridas y abandonadas,

En tus rincones…


Si yo fuera brisa no derramaría,

Ni un triunfo, ni un ápice de mis instantes,

Porque todo lo que compartí era poema,

Espontáneo y disuelto, sin pestañear,

Y mis hombros disueltos y rotos,

De tanto esperar,

un abrazo que nunca ha llegado.

Una mirada que jamás se acercó,

ni tan siquiera logró apenas,

Rozarme…


Esther MG

No hay comentarios:

Publicar un comentario