Maria Mena Habits

viernes, 27 de julio de 2012


LA NIEBLA

A veces, dejar atrás una etapa que nos condena,
Y sumergir todo aquello que nos colmaba y aún
creemos es así, se convierte en un lastre más duro
del que ya soportamos.
Sin barreras, pues lo bueno de este viaje es que solo
es de ida.
Las vueltas las damos en pensamiento, sin prisas.
Desdibujando recuerdos y sensaciones.
Obligando al corazón, a retomar el dolor esparcido
por los rincones, a medias desecho, a ratos armado,
de nuestra fe.

Siempre recuerdo la lluvia cayendo sobre mi rostro,
como un nuevo alivio que colma mi ser.
Recuerdo palabras no pronunciadas ni escritas, escenas descritas en un solo acto. Sensaciones que nunca descansan. Eslabones perdidos en mi anochecer.
Sentada en la arena mientras disuelvo momentos,
de aquellos que nunca prescinde mi ser.

Temiendo perder un pedazo de mis estancias. Creyendo que,
sin dolor no hay sendero bajo mis pies.
Aferrada a un instante o a una marea de miles de ellos,
Y todos unidos, peldaños reunidos, cada uno distinto
al anterior.
Mientras tomo el camino equivocado, mis huellas se han detenido.
Mi alma escapando. Mi ser dividido, mi orgullo, derrotado.

Alivios intermitentes y vacíos. Estancias nubladas. Cristales
rotos adornando mis pestañas.

Gritando al vacío…
Y la nada, que todo compone, se calca en el viento de mis montañas.

Anochecer encontrando atención, en la calma de mi silencio.
Sin que el mar pueda ver a través de la penumbra. Arrugando
mis lunas, convirtiéndolas en fino papel virtual y un oasis, al amanecer.
                                                                 
                                                                            Esther MG

No hay comentarios:

Publicar un comentario